Segundo, practicad el ser sinceros y abiertos.* Si ahora ya os preocupa esto, la cuestión se acentuará mucho más cuando estéis casados. Si creéis que no estáis compartiendo abiertamente vuestros pensamientos y temores el uno con el otro, entonces quizá debéis comenzar por explorar un poquito aquí y allá. Si uno de los dos no puede o no quiere abrirse, entonces sí que tenéis un problema. Pero se puede superar, y ahora es el momento de hacerlo. Tal vez uno de vosotros piense que el otro no se interesa
Page 30